Al ver que todos parecían satisfechos con cada bocado, Su Dongjun no pudo evitar sonreír.
Corría el rumor de que tenía una personalidad extraña, pero en realidad, simplemente no le gustaban las decepciones del mundo. Aquellas personas lo invitaban a cocinar para presumir, no por el amor a las delicias mismas. Por eso, no importaba lo deliciosa que fuera la comida para ellos. Sin embargo, podía notar que la familia Yin simplemente gustaba de sus platos.
Como chef, no pudo evitar sentirse feliz al ver a estos clientes tratando la comida tan seriamente.
Logró hacerse amigo de Song Shiyu porque Song Shiyu era muy inocente. Era como un niño que no tramaba nada y podía decir lo que quisiera. Era directo, pero eso lo hacía parecer auténtico.
Al ver que a Yin Jinglin le gustaban tanto sus platos, Su Dongjun quiso preguntarle a Yin Jinglin si quería probar sus nuevos platos.