¡Aún es Incierto Quién lo Lamentará!

—Viejo Maestro Xia, ¿por qué debería disculparme? —levantó perezosamente los ojos Qiao Xi.

Sus palabras fueron como una roca golpeando un lago tranquilo. Todo el lugar estaba en conmoción. No esperaban que fuera tan arrogante.

—Qiao Xi, ¿a qué te refieres? —los ojos de Xia Cheng se volvieron de repente fríos.

—Viejo Maestro Xia, tus oídos no son buenos, así que lo diré de nuevo. ¡No me disculparé! —la voz de Qiao Xi era tranquila, pero estaba llena de un aura poderosa. No estaba derrotada en lo más mínimo frente a Xia Cheng.

Los alrededores estaban en silencio. Xia Cheng apretó los dientes y dijo:

—¡Qiao Xi! Piénsalo bien. Mientras te disculpes con Xia Ji hoy, podemos dejar atrás el pasado y pretender que nada sucedió.

La expresión de Qiao Xi era tranquila, y no había otras emociones en sus ojos. Levantó la cabeza y sonrió arrogantemente, pero su tono seguía siendo firme:

—¡He dicho que no me disculparé!