1387. Sombras

Las Tierras Exteriores no eran un lugar fijo. Los cultivadores daban ese nombre a todas las regiones fuera de los dominios humano y de las bestias mágicas, por lo que su verdadero ancho era incierto.

Noah y el Demonio Divino marcharon durante años, evitando cualquier asentamiento humano que encontraran en su camino. Ya habían causado suficientes problemas, y el Jefe Taylor estaba vivo, así que era mejor permanecer anónimos por el momento.

Su marcha fue pacífica y llena de pausas dedicadas a conversar o cultivar. El aura del Demonio Divino alejaba a la mayoría de las bestias mágicas, y la conciencia superior de Noah les permitía evitar cualquier guarida peligrosa.

Los dos se acercaron y aprendieron el carácter del otro durante su viaje. Sus personalidades tenían muchos puntos en común, por lo que se llevaban bien y nunca dudaban de sus decisiones. Se habían convertido en un equipo bien engrasado en cuestión de meses.