Noah no podía atravesar el hielo. Nada de lo que hacía podía hacer mella en las paredes azules que aparecían en su camino y lo obligaban a permanecer en el campo de batalla.
Estaba claro que la Ciudad de Cristal lo estaba atacando a él. La organización no parecía preocuparse por los Territorios Exteriores. Todos sus refuerzos volarían hacia él si las otras tropas del ejército híbrido no los obligaran a luchar en otro lugar.
Incluso en su forma de etapa sólida, Noah no podía romper el hielo. Sus cortes y compañeros no hacían nada contra ese elemento. Las palabras de la Señorita Nueve eran correctas. Noah nunca había enfrentado a cultivadores tan poderosos.
—Debe haber un truco detrás de su poder —pensó Noah mientras reprimía el dolor que estaba alcanzando su mente.