Noah inicialmente no sintió eso porque había estado demasiado enfocado en su proyecto, pero no pudo ignorarlo una vez que su atención se volcó hacia el mundo exterior.
Un bosque púrpura apareció en su vista. Árboles altos llenaban la tierra, y unos pocos ríos blancos atravesaban ese terreno azul. Noah no podía ver ninguna bestia mágica desde su posición, pero sentía que no podría encontrar ninguna incluso si la esfera no limitara sus sentidos.
El entorno parecía demasiado perfecto. Los árboles carecían de marcas de garra, el suelo no tenía grietas y los ríos no tenían ondas. Parecía que toda la región se mantenía inmóvil. Nada se movía.
El único rastro de vida en la región era el aura opresiva que llenaba todo el área. Noah podía sentirla desde dentro de la esfera inscrita. Incluso podía entender el nivel de los seres que la irradiaban.
«Dos cultivadores de rango 8», pensó Noah mientras movía su atención de nuevo al espacio separado. «Llego demasiado tarde».