Noah volaba por la región mientras grumos de materia oscura fluían de su armadura draconica. El agujero negro arregló rápidamente su transformación, pero su expresión permanecía sombría.
Dos Serpientes Eternas de rango 8 lo miraban. La única existencia en el Grupo de Noé que podía luchar contra esas criaturas era la Burla de rango 8, pero estaba ocupada con los otros dos líderes. Noah no podía tener batallas uno contra uno en esa situación.
Las otras dos manadas se deslizaban a toda velocidad hacia el campo de batalla. No tardarían mucho en unirse a sus compañeros y rodear al grupo de Noah.
Noah no sabía qué hacer. Incluso escapar parecía imposible en esa situación. Su ambición eventualmente se agotaría si las Serpientes Eternas no dejaban de perseguirlo.
—Debo matarlas —concluyó Noah en su mente.