Santo de la Espada experimentó diferentes emociones. Al principio, se sintió confundido. Noah no hizo nada específico, pero había logrado expresar más poder aparentemente de la nada.
Luego, una idea surgió en la mente de Santo de la Espada. El segundo corte de Noah llevaba algo que un experto como él no podía encontrar con su entrenamiento habitual.
Santo de la Espada era un maníaco. Había dedicado toda su existencia a la espada y había intercambiado golpes con incontables expertos para pulir sus artes. Su mente ni siquiera contemplaba la idea de que pudiera haber algo fuera de los centros de poder.
Sin embargo, tenía que haber una explicación para la superior destreza de Noah. Su poder no provenía de sus centros de poder, así que tenía que haber algo más, una fuente de energía diferente que Santo de la Espada nunca antes había considerado.