Gloria tenía el aspecto de una mujer juvenil. Tenía el cabello largo y rubio y ojos verdes, y su cara tenía rasgos delicados.
Sin embargo, la cara de la líder se había torcido en una expresión desagradable. Su odio hacia sus enemigos había superado su ira y había comenzado a desbordarse.
Destellos de energía salían de su figura y cortaban el campo de batalla. Gloria parecía fuera de control. Su existencia atacaba tanto a amigos como a enemigos sin importarle su nivel de cultivo.
La existencia de Gloria estaba en llamas. El cielo entero parecía a punto de caer sobre el campo de batalla. Las leyes en el área se condensaban y disparaban hacia su figura, aplicando presión sobre cada existencia en su rango.
—¿La hemos roto? —preguntó Wilfred mientras las venas estallaban en sus abultados músculos.
«¿Está loca?» Noah se preguntó mientras confiaba en la sustancia inestable para repeler la presión que caía sobre su cuerpo.