1595. Maldición

El gólem, el enjambre de abejas y el grupo de Noah avanzaron por las regiones hasta que llegaron a una pequeña ciudad llamada Solma. El asentamiento solo contaba con dos cultivadores de rango 8, pero disponía de incontables defensas que se activaron al instante al ver la amenaza masiva.

—El dominio humano nunca nos perdonará por esto —transmitió Jordán a través de su consciencia.

El aura de Ojos Radiantes no se extendía fuera del titán, pero las abejas aún podían escuchar al grupo de Noah. Los expertos habían recurrido a su consciencia para hablar, pero limitaban esas interacciones tanto como fuera posible.

—Logramos poner a salvo a la familia Balrow, por suerte —respondió Noah a través de sus olas mentales.

En teoría, el dominio humano solo presentaba enemigos ahora. El asalto carente de mente lanzado por Ojos Radiantes no heriría a ninguno de sus amigos. Noah y los demás podían evitar contenerse y advertir a otras fuerzas.