1778. Nostalgia

—¿Quién iba a pensar que conocerte podría haber llevado a estos espectáculos? —rió Daniel cuando sintió que Noah se le acercaba.

El grupo se había detenido en los bordes de las regiones tormentosas. Era hora de girar en una dirección diferente y repetir el proceso. Ya lo habían hecho varias veces y tenían que continuar hasta haber cubierto la totalidad del dominio de las antiguas bestias mágicas.

Daniel admiraba la marcada separación entre el vacío del área iluminada por el cielo y las densas corrientes de leyes caóticas. Los bordes de la región ventosa eran bastante claros en ese lugar. Era como si dos mundos diferentes se encontraran en una línea que se extendía por miles de kilómetros.

—Has llegado hasta aquí con tu propia fuerza —respondió Noah en un tono sencillo mientras flotaba a su lado—. No puedo generar talento. No todavía, al menos.