El ataque del Demonio Divino dejó a todos sin palabras. Su técnica no tenía sentido, e incluso el Rey Elbas luchaba por seguir la teoría detrás de ella.
Los anillos representaban formaciones que iban más allá de todo su conocimiento, pero que también contenían partes de antiguas escuelas. El Rey Elbas había logrado hacerse una idea de la naturaleza de la habilidad solo debido a esas similitudes, pero el poder real o los efectos de la técnica lo habían dejado atónito.
El ataque del Demonio Divino no era poderoso. Ni siquiera poseía una fuerza destructiva. Sin embargo, contenía energía que era exactamente opuesta a las leyes en su camino, y el impacto hacía que esos verdaderos significados desaparecieran directamente.
Era una verdadera aniquilación generada por el impacto entre energías opuestas, y todos en la escena podían entender esa reacción. Aún así, solo unos pocos podían darse cuenta de lo difícil que era lograrlo.