Noah no se preocupaba de que el gigante avatar marrón estuviera en el nivel medio. Ya había sido capaz de dañar un objeto con un poder similar antes de su largo período de entrenamiento. Su existencia estaba ahora en un nivel completamente diferente.
Sin embargo, la caldera no hizo nada. Simplemente se había mantenido inmóvil frente a la ofensiva implacable. El avatar era el contrapeso del perro, pero no permitiría que Noah lo atacara libremente, y su ofensiva se mantenía dos niveles por encima del nivel de su cuerpo.
Noah podía sentir el inmenso poder contenido en la aleación marrón del avatar filtrándose a través de sus pies y tratando de devastar sus interiores. Incluso estar cerca de esa criatura parecía demasiado en su nivel actual, pero no le importaban las lesiones que pudiera sufrir.