Volver a escuchar el nombre de César no se sintió muy bien. Noah no entendía cómo Cielo y Tierra podría permitir la existencia de tal sociedad dentro de su cielo, pero planeaba obtener respuestas. Dinia revelaría si esos mundos valían la pena tener expertos conspirando dentro de su reino.
—¿Quién exactamente es César? —preguntó Noah—. ¿Cuántas facciones tiene el cielo? ¿Te gusta jugar con aquellos en el plano superior, o tenemos un papel real?
La tormenta de preguntas no recibió ninguna respuesta. Dinia parecía orgulloso de ver la ignorancia de Noah sobre el cielo. Su mundo lo obligaba a ser honesto, pero no lo hacía un idiota. Esos asuntos tenían una profunda conexión con Cielo y Tierra en su totalidad, así que revelar algo solo empeoraría su situación.