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Su Ping se despidió y se fue después de charlar un rato con el Dragón de Percepción del Caos. Sus instintos le decían que todo sería diferente la próxima vez que se encontraran.
Desde su ascenso al reino del Dios Ancestral, sus instintos ya no eran simples ilusiones. Esto le sorprendió ligeramente, pero sabía que esa sensación visceral estaba relacionada con el destino; solo podía dejar que la naturaleza siguiera su curso.
Su Ping se llevó consigo a la joven Bestia del Caos.
Llevó a las mascotas de sus clientes y a las suyas propias a los desolados territorios del mundo de los dioses. Buscó Corazones Dao y bestias de Dios Ancestral mientras los entrenaba, para poder saquear sus Grandes Daos.
Al mismo tiempo, el Poder Dao que había obtenido al someter a los Siete Grandes Clanes y matar al Antepasado Lluvia le permitió condensar seis universos seguidos. Una vez más, era mucho más fuerte que antes.