La forma de la tienda había pasado de un cubo a una esfera.
Joanna seguía en una de las habitaciones; parecía estar dormida.
Dama Verde, Tang Ruyan y los demás estaban cultivando en otra habitación.
—¿Es eso...?
El vestíbulo de la tienda se volvió extremadamente vasto. Todos los objetos habían desaparecido; ni siquiera había un contador. Solo había vacío.
Había una figura luminosa y borrosa en el vacío. Era una hermosa chica de espaldas a él.
Su Ping la miraba en un aturdimiento. Sentía una familiaridad extrema desde la espalda de la chica, pero le resultaba difícil de creer.
—Has vuelto.
La chica se giró y miró a Su Ping con calma.
Sus ojos eran como lagos reflejando el brillo de todas las estrellas. Su rostro era la imagen de una belleza y tranquilidad inigualables. Era impresionante.
Ella miraba a Su Ping.
Esta voz familiar...
La cabeza de Su Ping estaba zumbando. Estaba atónito.
¡La voz pertenecía al sistema!
¡Esta chica era el sistema!