—¡Mátenlos!
Su voluntad influenció a miles de millones de especies y a innumerables vidas. ¡Aves, bestias; toda la gente podía sentir su valentía e intención de matar!
Su Ping reunió su poder en su cuerpo para luchar contra el Dao Celestial con un abandono despiadado.
La Madre del Caos quedó atónita por los gritos de tantas criaturas vivientes, y al ver el poder reunido.
Aturdida, miró la figura aparentemente eterna frente a sus ojos. La escena superaba sus expectativas más descabelladas. Había preparado muchos planes y estrategias. ¡Había considerado a Su Ping simplemente como un líder, o como una pieza de ajedrez que había elegido entre todas las vidas!
Había estado entrenándolo para que luchara por ella y bloqueara el Dao Celestial.
¿Habían desarrollado un lazo mutuo después de todo este tiempo?
Los diez mil años que había pasado con Su Ping eran solo un breve momento en su larga vida.