CAPITULO 2: PARAJE DESOLADO. PARTE 2

Había caminado muchas veces por estos caminos en el pasado, realmente ahora, solo había más que desolación.

Adrián quien se acerco lo suficiente al pabellón destruido. Recordó un poco a los llamados cultivadores, todos servían al señor de la ciudad, y se encargaban de hacer justicia del modo que ellos veían más conveniente.

  Para Adrián quien era un niño, escuchar de los cultivadores, era como una leyenda, los cuales podían surcar como un arcoíris por los cielos, moverse más rápido que cualquier mortal, curar cualquier enfermedad y matar con facilidad cualquier cosa. 

Adrián deseaba esa fuerza, ese poder, ahora que todo estaba destruido, porque no obtenerlo, porque no obtener el secreto de los cultivadores. No quería ser débil, quería ser fuerte, quería destruir a la mano, la espada, y el rostro del demonio, que le habían quitado todo. 

Al notar que no había ningún peligro en el perímetro, Adrián se adentro un poco, dentro de los muros del pabellón de los cultivadores.

Siempre llevaba un par de piedras en sus manos, había pasado por muchas cosas después de que sobrevivió. Por lo cual la prudencia y sus sentidos le habían librado de morir en muchas ocasiones.

Cada vez que se acercaba a un nuevo punto, arrojaba una pequeña piedra produciendo ruido, mientras miraba escondido a lo lejos apretando la daga con fuerza.

Al ver que no sucedía nada, avanzo poco a poco. Todo esto era un lugar no explorado, por lo cual era precavido.

Además de que era un lugar solo para los cultivadores.

Mientras Adrián avanzaba, tiro una piedra cerca, pero en ese momento el sonido de un estruendo resonó.

Adrián apretó los dientes, mientras miraba como una ráfaga de luz salía disparada desde uno de los escombros cercanos hacia él.

Esa ráfaga de luz era absolutamente rápida, un mortal ordinario ni siquiera podría verlo, pero Adrián había sido precavido y se había alejado lo suficiente para poder esquivarlo por muy poco. 

La ráfaga de luz que salió disparada paso por su costado y aterrizo en el suelo, revelando que era una pequeña espada. 

"¡Agh...!" - Sin embargo, esa ráfaga de luz, causo un gran daño en su costado izquierdo, haciendo que la sangre saliera, después de todo era solo un mortal y un niño.

Adrián en ese momento se saco un poco de su ropa rota, y amarro fuertemente donde la sangre salía.

Pero sabia que eso no era una solución. 

"¡De-debo darme prisa!" – se dijo así mismo, mientras avanzaba hacia el primer pabellón, el dolor en su costado izquierdo era horroroso, pero Adrián aguantaba todo lo que podía, no era la primera vez que resistía tales heridas. Si no, como podría sobrevivir hasta este momento. 

El primer pabellón apareció en su vista, era la entrada, la puerta había sido destruida al igual que los edificios cercanos, parecía que todo lo de valor había sido saqueado. 

Adrián miro el primer pabellón, el cual parecía estar en las mejores condiciones. Después de lanzar algunas piedras, y notar que no sucedía nada. Avanzo.

La puerta había sido destruida hace tiempo, pero aun se podía oler el olor a incienso, era como si estuviera impregnado en las paredes del pabellón.

Adrián se acerco lentamente, miro el pabellón, pero al mismo tiempo puso una expresión de horror cuando dio varios pasos hacia atrás.

En el suelo del pabellón, decenas de cadáveres estaban regados en el piso.

Muchos de ellos parecían haber sido atravesados por pequeñas espadas.

Adrián pudo ver que todos los esqueletos parecían formar un sendero. Aunque era un sendero de muerte, tras seguir un poco la línea del sendero, pudo notar que al final había algo. 

Poco a poco la figura se mostraba por la poca luz de la mañana que entraba por el primer pabellón, poco a poco, un esqueleto sentado en un trono azul como el agua y marrón como la corteza de un árbol apareció en su vista. 

Este esqueleto, estaba sentado en medio de la habitación, parecía que había muerto hace poco tiempo. Pero también había sido afectado por la niebla masticadora. 

Adrián estuvo considerando salirse del pabellón, cuando pudo ver algo entre los dedos del esqueleto.

"Eso podría ser...una técnica de cultivo" – Adrián resoplo, al mirar el libro en las manos esqueléticas de aquel cultivador muerto.

Eso era lo que estaba buscando todo este tiempo.

Aunque también podría ser otra cosa, pero no perdió la esperanza. Aun así, no dejo que sus emociones le controlen, por lo cual voto una piedra hacia los esqueletos, no sabia quienes eran estas personas. Pero ahora no le importaban, cuando la piedra cayo al suelo, no hubo ningún cambio.

Adrián pensó que no había nada peligroso. Por lo cual empezó a dar un paso. 

Sin embargo, antes de que su pie tocara el suelo. Una presión bajo barrio su cuerpo, y lo saco volando del pabellón.

"Buagh" – Adrián tiro una bocanada de sangre por tal reacción, esa ráfaga no lo podía matar, pero si lastimar, por lo cual no se esperaba que tal cosa sucediera.

Después de experimentar tal suceso, Adrián se volvió a levantar de nuevo, aunque con mucho esfuerzo.

Empezó a reflexionar sobre lo que sucedió, al mismo tiempo, que pensaba en una forma de entrar, no conocía nada de los cultivadores, por lo cual, aunque estaba siempre alerta, y era precavido en todos los aspectos, no podía imaginar que una mano invisible lo mandaría volando por los aires. Aunque no sabia si era una mano, pero así lo sentía.