CAPITULO 51: MIEDO 

Después de esa explicación, Adrián fue llevado a una casa cerca del puerto de la ciudad.

Afuera podía ver un cartel el cual decía: "TIENDA ALQUIMIA DEL CIELO"

"Esta es nuestra base, la compramos entre todos, después de gastar muchos puntos, ¡Entra te mostrare el lugar!" 

Adrián solo podía seguirle la corriente a Bai Guoer, parecía que su emoción no tenía fin.

"¿Una tienda de píldoras?" - Pregunto Adrián, mientras veía a su alrededor, había varios estantes, con píldoras, aunque no había muchas, cada una parecía tener un precio considerable. 

"¡Siii! Esto es nuestro sustento, con esto pagamos una parte de la deuda de esta pequeña casa" 

"Ya veo"

Siguiendo con Bai Guoer, empezó a mostrarle el lugar para refinar píldoras, las habitaciones de los chicos, los cuales estaban separadas de las chicas, y el comedor, los baños, las duchas, y demás.

Parecía que Bai Guoer no quería descansar ni un minuto, y gracias a su cultivo pudo seguir así por más horas, hasta que finalmente llego la noche. 

Todos estaban reunidos en la sala de la casa, y mientras contaban sus aventuras, Bai Guoer parecía que finalmente empezó a caer cansada, y como estaba al lado de Adrián, cayo apoyado en su hombro. Adrián por alguna razón podía notar un gran cansancio en la mirada de Bai Guoer, esto lo noto poco a poco, su manera de hablar y caminar, a veces incluso miraba en alguna dirección, parecía ser imperceptible, pero Adrián podía notarlo, era como si estuviera ansiosa de algo. Pero nunca dejo que eso se reflejar.

Además, en todo su trayecto, sus amigos, no se metían mucho en su conversación, incluso Simón que lo hizo una vez, volvió a su antiguo lugar, y a veces ellos también miraban hacia los lados, pensando en encontrar algo, o a alguien, Adrián no lo sabía con seguridad, solo podía suponerlo, después de todo el nunca dejo de vigilarlos, ya que siempre desconfiaba de todo. 

Adrián no dijo mucho durante la conversación, simplemente se limitó a mirar, después de todo era un desconocido. 

"Parece que finalmente se calmó, sabes ella realmente estaba preocupada por ti" – Después de que Bai Guoer se durmiera, la que hablo fue Misa, su voz era cálida, cuando hablo los demás asintieron.

Seria normal que, si ella fuera una simple mortal, se hubiera quedado dormida fácilmente ante el cansancio, pero Bai Guoer, era una cultivadora, con una base de cultivo en el octavo nivel de la condensación del Qi. 

"Si, siempre pasaba los días contándonos historias sobre su fabuloso hermano mayor, incluso con lo que sucedió el anterior año" – Ana hablo despistadamente mientras se servía un poco de Té, pero en ese momento se detuvo al ver que dijo demás. 

"¡No digas eso Ana!" – Misa fue quien la callo inmediatamente, cuando escucharon esas palabras, todos pusieron una mirada nerviosa en su rostro.

Incluso Ana, sabía que no debía haber dicho eso. Después de todo Bai Guoer quería que todos lo mantuvieran en secreto. 

Un silencio sepulcral lleno toda la sala, en ese momento todos se pusieron nerviosos, el único que seguía tomando Te era Adrián, el cual manifestó un aura violeta en la pupila de sus ojos, era imperceptible. Pero empezó a manifestarse poco a poco. 

"Eh, si, mejor vamos a descansar" – Hablo Carlos, quería ponerle fin a esta conversación.

Incluso Simón asintió con nerviosismo, todos asintieron al comentario de Carlos. Pero cuando todos se levantaron.

Un aura apenas perceptible, envolvió toda la casa. Nadie podía sentir que sucedía, pero por alguna razón decidieron volver a sentarse.

Adrián bajo la tasa de Té que tenía en su mano, y lo coloco en la pequeña mesa frente suyo. 

"¿Qué sucedió el anterior año?" – Pregunto directamente Adrián, quizás fue la calma con lo que hizo su pregunta, o quizás fue porque apenas podían respirar, pero los nervios de todos subieron hasta el cielo. 

Era una sensación extraña, todos dentro de esta casa eran más poderosos que Adrián, pero, incluso Simón quien tenía el cultivo más alto, apenas podía hablar, cada vez que veía a Adrián, sentía una gran presión en su pecho. Todos sentían lo mismo, y se preguntaban cómo era si quiera esto posible. Incluso el sentido divino de todos estaba un poco descontrolado. 

Fue en ese momento que regresaron a ver a Adrián, el cual esperaba una respuesta, cuando vieron un rostro diferente, una mirada que nunca antes habían visto.

Era una mirada terrorífica la cual les ponía los pelos de punto, era como mirar a una bestia asesina.

"¡Waaa!" – El primero que cayo fue Carlos quien no pudo resistir la presión y dio varios pasos hacia atrás. Pero ni, aunque haciendo eso logro calmarse. 

"¿Cómo es posible…esta presión?" – Dijo Ana mientras, también retrocedía, todos aquí habían luchado en grandes batallas, incluso habían puesto su vida en riesgo. Pero lo que podía sentir por todo su cuerpo no era para nada normal. 

El ultimo que se retiro fue Simón, el cual tenía el cultivo más alto, fue en ese momento que todos desplegaron escudos y sellos para lograr calmarse.

Solo Misa fue quien se mantenía en su posición original, en su cuello, un collar con una perla en su centro brillaba lo cual la protegía, pero, aun así, podía sentir lo que los demás sintieron. 

Miedo

Era el sentimiento que se manifestó en todos.

Todos sabían de las historias de Bai Guoer, ella siempre había exagerado la forma en la que veía a su hermano mayor, sus historias eran más de los días en la ciudad prohibida, donde su hermano mayor se enfrentaba el solo a hordas de bestias corrompidas. 

Aunque Bai Guoer guardo los secretos de Adrián, ella seguía parloteando de como su hermano mayor era el más fuerte, incluso había dicho que las dos discípulas del Anciano Sonu, Jazmín y Aeger se habían enfrentado a su hermano mayor y habían perdido.

Todos tomaron esas historias como un cuento sin fundamento, pero les agradaba la personalidad de Bai Guoer. 

Sin embargo, ahora, podían decir, que quizás, todas esas historias, no eran del todo falsas.