CAPITULO 57: HAMBRE PARTE 2

Adrián miro a su alrededor.

Siempre tenia cuidado de tomar en cuenta quien lo veía, para ver si tenían malas intenciones hacia su persona, pero ahora no podía pensar en otra cosa que comer.

El hambre poco a poco se volvió un poco insoportable, los ojos de Adrián se pusieron rojos.

"Debo alimentarme" – Usando la fuerza de su cuerpo se lanzo hacia adelante.

Sabia que a unas cuadras había un restaurante que ofrecía comida espiritual.

Cuando la gente lo vio correr, se vio muy sorprendida, ya que parecía una raya de luz.

"Que fue eso"

"Eso fue alguien corriendo"

"No has escuchado hay un nuevo en la ciudad"

"Es ese discípulo Adrián, a ya veo, jajajajaja, ya está sintiendo los efectos de no comer"

"Seguramente se morirá de hambre y volverá a su cueva, o se volverá loco y nunca más pisará la ciudad"

"¡Si, que no vuelva más, quien le dio el derecho de ocupar un lugar en la montaña!"

"¡Si, está solo en el cuarto nivel de la condensación del Qi, esperemos que no vuelva a la ciudad, aquí solo los más fuertes sobrevivimos!"

La gente se reunió a conversar, todos ellos eran discípulos del segundo al tercer nivel de la condensación del Qi, no era un secreto sobre el nuevo discípulo del Maestro Sonu, pero la verdad nadie podía decir nada, después de todo, las discípulas del Maestro Sonu, eran estrellas relucientes con un cultivo muy alto.

Incluso con el rumor de la muerte del Maestro Sonu, nadie era tan tonto para robar algo que se le había dado de antemano.

Aun así, disfrutaban mucho ver al nuevo correr desesperadamente, parecía que no conocía los misterios dentro de la Ciudad de Motzu.

Adrián se movió como una flecha, había visto por este lugar, un restaurante con un letrero dorado.

Se trataba de un restaurante. "Mil y un Sabores" se llamaba.

Adrián entro rápidamente, asustando la conversación de los demás discípulos.

"Hey miren, ese es el nuevo"

"Tiene los ojos rojos"

"Parece que no se ha dado cuenta"

"Déjemole que sufra"

Algunas palabras y risas vinieron de la gente alrededor.

Adrián entro, pero no actuó precipitadamente, cuando llego, una señorita de mediana edad, con un escote levantado, maquillaje y buena apariencia, se acercó, parecía que ya estaba muy acostumbrada a este suceso. Por lo cual trajo un menú consigo.

"Bienvenido a Mil y un Sabores, es un placer atenderle, mi nombre es Karla, le estaré atendiendo el día de hoy, aquí tiene un menú con los platos de hoy día, no se olvide, hoy le estaré sirviendo, se agradece cualquier propina"

Karla era la camarera designada para Adrián, después de todo este lugar pertenecía a un señor del Establecimiento de la fundación, y tenían que tener un servicio excelente.

Karla ganaba dinero por cuanta comida coma la persona que atendió, a la vez de las propinas que dejaban.

Espero que esta persona tenga mucho dinero.

Adrián no miro el menú, simplemente los platos en la mesa, su estómago resonaba, y su conciencia se empezaba a desvanecer, junto a una fatiga inmensa.

Por lo cual grito instintivamente.

" ¡Lo quiero todo!"