CAPITULO 76: ALQUIMIA. UN MILLON DE COMBINACIONES

"Un millón de combinaciones" – Era el nombre de la Técnica de alquimia que el señor píldora había desarrollado.

Realmente cada vez que Adrián lo leía le dolía la cabeza.

"Utilizar el sentido divino para romper en miles de pedazos las plantas que van a formar, y luego cuando la píldora este parcialmente formada, detener su avance y nutrirla con plantas, píldoras, esto combinaría el poder de todos los materiales, si hay éxito una píldora de mayor nivel se obtendrá, pero si se falla entonces esta explotara"

Leer todo el texto era sencillo, pero realizarlo era un tema completamente diferente, Adrián apenas había conseguido su sentido divino, y ahora esta técnica le pedía que lo partiera y lo uniera en cada pedazo de planta que la píldora partida necesitaba. A la vez que necesitaba concentrarse para poder unirla con todas las plantas que deseaba, claro que si había algún fallo entonces esto terminaría, pero solo así lograría crear píldoras de mayor nivel.

Esta técnica en defecto, necesitaba una concentración inmensa, para poder dividir el sentido divino en cientos de fragmentos los cuales debían controlar una porción de planta, una píldora, la olla de píldoras, a la vez que una gran capacidad mental para mantener incluso el fuego de la olla en la temperatura correcta.

Era un dolor de cabeza como ningún otro, Adrián realmente sentía que, si alguien descubrió esta técnica, también tendría un gran dolor al leer el texto.

Pero no podía hacer nada mas que intentarlo, la técnica de Un millón de combinaciones, enseñaba paso a paso como dispersar el sentido divino. Adrián primero decidió intentar esto, su sentido divino era mas fuerte que otros, por lo cual poco a poco empezó a dividir su sentido divino en pequeños hilos dorados.

Eran como serpentinas, las cuales parecían moverse de un lado a otro, controlar cada uno de estos hilos era muy cansado. Su sentido divino también tenía un límite.

Pronto aparecieron 100 hilos de sentido divino, en otro momento 200 hilos, 300 hilos, 400 hilos, 600 hilos de sentido divino.

Adrián estaba haciendo todo lo posible para poder concentrarse y dividir su sentido divino en pequeños hilos, pero parecía que 600 hilos era su límite, grandes venas azules recorrieron su cabeza, su conciencia estaba al límite, tratando de contener estos 600 hilos, si lograba que se mantuviera separados, lograría al menos el primer paso para esta técnica.

Adrián resistía con toda su fuerza, pero era mucha carga para su cerebro, por lo cual voto sangre al suelo. De pronto cien hilos de sentido divino desaparecieron, volviendo a 500 hilos.

"Maldición" – Adrián dijo, mientras esperaba por lo menos mantener estos 500 hilos, uso toda su fuerza para mantenerlos separados.

600 era su límite, pero aún no podía usarlos todos, parecía que su conciencia solo podía soportar por ahora solo 500 hilos de sentido divino.

Esos 500 hilos de sentido divino se mantuvieron libres, aparentemente sin llegar a querer unirse.

Adrián suspiro con alivio, aunque 600 hilos era mejor, por el momento no debía ser demasiado codicioso.

A pesar de que todo sucedió en un momento, y no se podía sentir que el tiempo paso dentro de la habitación la realidad, era que había pasado bastantes horas desde que Adrián empezó a practicar este arte de cultivo de alquimia.

Sin embargo, si alguien viera controlar 500 hilos de sentido divino, se quedarían en un total asombro, solo los cultivadores del establecimiento de fundación podían llegar a un nivel tan alto de hilos de sentido divino, lo máximo que uno podía lograr en la condensación del Qi, eran 100 hilos de sentido divino, Adrián había logrado más del quintuple.

Y hubiera logrado mas hilos de sentido divino, si no fuera porque no podía soportarlo.

Adrián calmo su mente a la vez que sus 500 hilos de sentido divino.

Había logrado el primer paso, aunque no sabia si necesitaba mas hilos de sentido divino, decidió intentar con los que tenía.

Adrián ya tenia las plantas preparadas, al igual que la olla y el fuego que iba a usar.

Esta técnica de Un Millón de combinaciones, no necesitaba las manos, simplemente se necesitaba el sentido divino para crear algo de la nada.

Adrián movió sus 500 hilos de sentido divino, era un esfuerzo sobrehumano, lo cual le causo que sintiera como si su cabeza estallara, pero lo soporto.

Con los primeros hilos, los unió a las plantas logrando que estas se levantaran solas, al igual que logro controlar el fuego del caldero.

Adrián iba a intentar fabricar desde cero, una píldora de bajo nivel.

Aunque por el método convencional podía hacer una con una pureza al 100%. Eso se debía a que regala las plantas con su sangre, esta vez solo tenia su imaginación, y un nuevo camino que recorrer.

Por lo cual no dudo.

"¡Vamos a crear algo nuevo!" – Grito Adrián mientras seguía todos los pasos en la hoja, su cabeza le dolía, su conciencia estaba al límite, y sus oídos retumbaban. Estaba al borde del colapso, pero aun así lo siguió intentando. Adrián quería superar esa barrera que no podía traspasar, quería lograr fabricar píldoras de mayor nivel, quería hacerse mas fuerte, por lo cual no dudo en poner su cuerpo al límite.

Si alguien viera todas las veces que Adrián llevaba su cuerpo al borde del colapso, realmente sentiría verdadera sorpresa, porque nadie podía imaginar que existiera una persona así en este mundo.

Adrián no venia de una familia prestigiosa, no tenia familia, tampoco tenia poder, y no tenia conexiones con gente poderosa por todos lados, por lo cual solo podía enfrentarse a este mundo con todo el conocimiento que iba acumulando.