Pasaron dos días, mi castigó fue levantado todas personas que estaban a mi cargó se unieron a un departamento, los 3 hermanos se unieron al equipó de Explosión, fueron dos días muy tranquilos en los que no hubo ninguna misión, fuera de la escuela.
Acebo nos citó a su oficina a Maniaco y a mi, cómo los comandantes de el equipó de Exploración, para una nueva misión.
Llegamos a la hora pactada.
- Jóvenes el motivó por el cuál los he citado sólo a ustedes dos, es por que durante éstos días, como ya saben no se a salido a traer provisiones, además se están agotando los medicamentos.
- Genial tendremos una misión por fin, dijo Maniaco emocionado.
- La misión es muy simple, irán a buscar provisiones y después pasaran a cualquier hospital, a traer medicamento, nos entrego una lista con los nombres.
- Muy bien pero quien ira con nosotros, pregunte.
- Ustedes escojan a un hombre cada quien, pero que no este ocupado, de acuerdo, dijo Acebo.
- Si, señor respondimos y salimos de oficina.
- Maniaco por fin tendremos una misión juntos, después de mucho tiempo, le dije.
- Si, espero y salgan Come Hombres, para hacerlos trisas, contesto sonriendo.
Alistamos todas nuestras cosas, yo escogí a José uno de los subordinados de Junior era un buen tipo me caía bien, además Erick estaba ocupado y no pudo venir a la misión, Maniaco se llevó a Rafael uno de sus mejores compañeros.
Cargamos un vehículo lo equipamos con algunas armas por si a caso.
- Listo Joab, me dijo Maniaco.
- Si ya estoy listos, respondí.
Ah Maniaco le tocó conducir, pues ganó en el volado, yo me fui de copiloto, José y Rafael se fuerón en los asientos de atrás.
Partimos a nuestra misión muy tranquilos, teníamos medía hora de viajé bromeado y riendo a carcajadas, llegamos a nuestro primer destinó nos surtimos de provisiones sin ningún inconveniente.
- Está misión es demasiado fácil, dijo Maniaco un poco desilusionado.
- Cierto, lo apoye.
- Queremos acción, dijeron José y Rafael bromeado.
Después de 20 minutos, llegamos a nuestro segundo objetivó, el hospital que estaba cerca de el gran parqué de Tepic, nos detuvimos y bajamos de el vehículo.
- Prepárense vamos a entrar, alisten sus armas, dijo Maniaco.
Entramos a el hospital, nos encontramos con un gran salón llenó de sillas, sin duda la sala de espera.
- Por aquí, dijo José apuntando a un pasillo muy obscuro.
Encendimos nuestras linternas, caminamos por el pequeño pasillo, que parecía no tener fin, de pronto se detuvo José.
- Escuchan eso, dijo mientras agudizaba su oído.
- Sii, escuchó algo contesté, asustado.
Caminamos unos metros más y el sonido cada ves se oía más fuerte.
- Es un gritó de al guíen, dijo maniaco alterado.
llegamos a la puerta de donde salía el sonido, era una puerta con ventanas de vidrió, me asomé por la ventana, lo que vi fue aterrador, dos Come hombres devorando a un joven de nuestra edad, el joven dejó de gritar cuando uno de los Come hombres arrancó su garganta de un mordiscó.
Caí de rodillas, que en shock no podía creer lo que avía visto, voltee hacía atrás todos se encontraban igual o peor que yo, José vomitaba en una esquina, Maniaco agachó la cabeza, Rafael estaba tirado, llorando desconsolado, me levanté.
- Tenemos que seguir, antes de que los Come Hombres se den cuenta, exclame con la voz cortada.
Todos se incorporaron, caminamos a el almacén de el hospital todos callados nadie se animaba a decir nada, después de lo que aviamos visto era obvio que no quisiéramos hablar pero eso no término allí.
- ¡¡Ayuda!!, se escucho un gritó ensordecedor.
Todos nos asustamos, y volteamos a todos lados buscando a la persona que gritó.
- D-de donn-dee salió ése gritó?, preguntó Rafael tartamudeando de miedo.
No encontrábamos en un cuarto totalmente obscuro, se sentía un frío que recorría todo el cuerpo, se oían algunos gruñidos y sonidos muy aterradores, ese lugar se puso muy hostil.
- Estén preparados, dije con una voz muy débil que apenas se escuchó.
Apuntamos las linternas para adelante de nosotros, se podían observar cientos de ojos rojos que brillaban con la luz de las linternas.
- Maldición estamos en problemas, dijo Maniaco sosteniendo su arma.
- No si disparamos sólo empeoraran las cosas, y correrán a nosotros, dije más tranquilo.
Retrocedimos lentamente, los Come Hombres nos seguían caminando, pero apresuraban cada ves más el pasó.
- Corran!!!, grité atemorizado.
Todos corrimos a todo velocidad, los Come Hombres cada ves se nos acercaban más.
- Allí hay una puerta entremos!!, gritó Maniaco.
Entramos aseguramos la puerta con todos los muebles de el cuarto, se escuchaba que golpeaban la puerta con violencia.
- Si lo logramos!!, gritó Rafael aliviado.
Todos nos miramos a los ojos, y sonreímos un poco, de pronto una silueta saltó sobré Rafael, todos quedamos paralizados, forcejearon unos segundos.
- Ayúdenme!!, gritó Rafael aterrado.
Reaccionamos tomamos de las manos a Rafael, y lo jalamos, pero en ese momento el Come Hombres mordió sus costado derecho, Rafael gritó fuertemente quedamos sordos unos segundos. seguíamos jalando pero el monstruo hizo un agujeró en el estómago de Rafael, podíamos ver cómo devoraba sus órganos internos.
No pude evitar llorar cómo un niño pequeño, me preguntaba, por que pasó esto, si aviamos huido de los Come hombres, Manicaco corrió se aventó sobré el Come hombres con su enorme cuchillo le atravesó una y otra ves la cabeza, asta que se cansó.
Unos minutos más tardé me recuperé de lo que mis ojos vieron.
- Maldición!!!!, porque porque!!!, gritaba llorando Maniaco.
Sus gritos sonaban tan fuerte, que los Come hombres que golpeaban la puerta se fueron.
Media hora después salimos de el cuarto, un poco más calmados, dejamos el cuerpo de Rafael en ese lugar, no queríamos ver cuando se transformará, por que nadie se animaría a matarlo.
- Chicos, sigamos por aquí, parece que esta despejado, dijo Maniaco con su voz muy cansada de llorar.
- Está bien, respondimos todos.
Llegamos a el almacén, nos tomo 40 minutos saquearlo, nuestras ánimo empezó a mejorar un poco.
- Vaya estos nombres de medicamentos son más trabajosos de leer que los trabalenguas, dijo Maniaco, todos empezamos a reír por unos minutos.
Salimos de el almacén, llegamos a el pasillo obscuro por el que entramos.
- Tengan cuidado, puede salir de nuevo ese grupo de Come humanos, comento Maniaco.
Caminé al frente con mi linterna, después de unos 5 minutos llegamos a el final del pasillo, un grupo de unos 20 Come hombres se estaba devorando a un cuerpo, ya no tenía forma de nada sólo un montón de huesos era lo que quedaba.
- Caminen si hacer ruido, para qué no se den cuenta, dije susurrando.
- Malditos!!!, mueran!!!, gritó Maniaco mientras lanzaba una Granada de mano.
- Al suelo!!, dijo José.
Nos tiramos al suelo los 3 la Granada estalló, quedamos bañados de la obscura y apestosa sangré de los Come hombres.
- Genial Maniaco, le dije mientras me limpiaba la cara.
- Lo siento me dejé llevar, respondió Maniaco sonriendo.
- Para otra seguiremos tu plan, comento José sacudiendo su camiseta.
Salimos de el hospital, corrimos a nuestro vehículo, lo abordamos y salimos de ese lugar, de pronto la tristeza volvió a mí, era la primera misión en la que perdía a un hombre, que además es mismo día conocí.
Por qué, tenía que pasar esto pensaba, es cierto todos estos días aviamos tenido mucha suerte de no perder ningún hombre, pero en el fondo sabía que algún día pasaría, de aquí en adelante abra muchas bajas pensaba.
- Tranquilo Joab, el sabía que al salir a el campo de batalla podría morir, pero aún así acepto esta misión, me dijo Maniaco intentando calmarme.
- Si ya lo se, de aquí en adelante muchas personas morirán, nuestro trabajó es hacer que mueran las menos posibles, le contesté.
- Eso, ese es el Joab que conozco, dijo Maniaco sonriendo.
- Estamos cerca, preparen las palabras que le dirán a Acebo, dijo José.
Tocamos el claxon, y el portón empezó a abrirse.