capítulo 23

- ¡¡¡¡Que rayos te paso!!!!, hace algunos segundos estabas llorando como niño desconsolado y ahora quieres ir al lugar donde están todos esos cuerpos sin vida, dijo Maniaco confundido.

- No preguntes y apresúrate, tenemos que salvar algunas vidas, contesté.

- ¡¡En verdad estas bien!!, insistía Maniaco preocupado.

- ¡¡Me siento mejor que nunca!!, dije gritando mientras una sonrisa se dibujaba en mi rostro.

- ¡¡¡Estás asustandome!!!, exclamó Maniaco tocando mi hombro para detenerme.

- De verdad me siento muy bien por que ahora tengo una razón por la cual salir de este maldito lugar, mi familia, le dije a Maniaco aún sonriendo y quite su brazo de mi hombro.

- Vaya este cambio de actitud sin duda es muy extraño, pero me gusta, después me dices que tipo de drogas consumes, me dijo de broma más tranquilo.

- Claro que si, te diré el secreto, le dije también bromeado.

Mientras platicábamos el tiempo paso muy pronto, cuando me di cuenta ya estábamos saliendo de la presidencia.

- ¿Para donde vamos?, preguntó Maniaco agitado por bajar las escaleras tan de prisa.

- Iremos por aquí, le dije mientras corría.

Maniaco me seguía de cerca, atravesamos calles y más calles, el lugar parecía muy cercano desde la azotea.

- Hay que parar un momento, sugirió Maniaco muy agitado.

- Muy bien paremos unos minutos para recuperar el aliento, dije mientras me detenía.

- ¿Cuanto... falta para llegar?, preguntó Maniaco a un agitado.

- Ya estamos relativamente cerca, falta cuatro o cinco cuadras, tal vez más, respondí.

-¡¡AUXILIO!!, se escucho una vos cerca de nuestra posición, sonaba como de una mujer.

- ¡¡Escuchaste eso!!

- Claro que si, ¡¡Vámonos a ver que sucede!!, ya tendremos tiempo de descansar después.

Nos pusimos de pie nuevamente para caminar rumbo al lugar de donde provino el sonido.

Los gritos se asían más intensos cada que nos acercábamos, alguien o algo torturaba a una indefensa mujer, no podía evitar sentir un poco de miedo era comprensible, pues unos minutos atrás mire lo más horrible en toda mi vida, con forme nos acercamos escuchamos otro sonido, era como un vos muy resonante pero a la vez distorsionada, no alcanzaba a entender lo que decía.

- Llegamos, ¿ahora que aremos?, es aquí a la vuelta, notificó Maniaco, por distraerme pensando tomó la delantera.

- Voltea para que veas a que nos enfrentamos, ordené.

Maniaco se asomó con mucho cuidado al mirar callo sentado, algo lo impresiono en gran manera, porque maniaco no es el tipo de persona que se intimida por ver cualquier cosa, no pude evitar asustarme al ver su reacción.

- ¿Que fue lo que viste?, pregunté mientras le daba mi mano para levantarlo.

- Sólo puedo decir un par palabras que describirán lo que he visto, contestó.

- ¡¡De que rayos estas hablando!!, dije desconcertado.

- ¡¡¡TE LO DIJE!!!, dijo con sarcasmo.

- Que, no me digas que es...... ¡¡otro de eso Súper Zombies!!, exclamé temeroso.

- Si es uno de los que sus cuerpo se deforma y crece a una altura considerable, ya ves siempre que no quieres que algo pase, termina por ocurrir y esta ves no estamos en buenas condiciones como para pelear con esa bestia, comentó Maniaco.

- Eso no tiene nada que ver, era una opción toparnos con uno de esos, contesté en mi defensa.

- Si si, lo que digas ahora vamos a ayudarlos, dijo Manaico.

- Pero como podremos lidiar con esa cosa, traigo algunos explosivos pero... no creo que sean suficientes para un Zombie tan grande, comenté.

- Piensa pronto en algo porque si no lo haces aquéllas personas serán comida de Zombie, dijo Maniaco desesperado.

El enorme Zombie caminaba directo a un grupo de personas que se encontraban encerradas en un vehículo, todos gritaban de miedo, entre ellos estaba una niña pequeña de unos 4 años.

- Vamos Maniaco llamare su atención tu aleja a las personas de este lugar, no tenemos otra opción, si muero en este lugar dile a Nicol que la amo y que estoy muy agradecido con ella, dije sonriendo mientras corría y me paraba cerca del Zombie.

- ¡¡¡ESTAS LOCO REGRESA!!!, gritó Maniaco.

- Has lo que te dije si no vuelvo, dije mientras disparaba unas cuantas balas contra los pies del Zombi.

Maniaco no dijo nada y espero el momento exacto para liberar a las personas, el Zombie volteo hacia mi con una expresión de enojo, yo solo pase un poco de saliva y corrí a toda velocidad para alejarlo de ahí, como lo imagine comenzó a seguirme, en ese momento Maniaco se acercó a las personas para ayudarlas.

En pocos minutos el enorme bulto estaba muy cerca de mi, sentía su presencia justo detrás.

- No voltees, no voltees me repetía en la mente.

No pude resistir más y gire mi cabeza para atrás, de pronto sentí un fuerte golpe en todo mi cuerpo todo se vivía obscuro y frío.

Reaccione, me veía en un gran cuarto con paredes muy altas color blanco todo era muy cálido.

- Parese que he muerto, decía en mi mente, no fue la mejor forma de salir de ese infierno... pero como sea pude salír y este lugar es maravilloso.

En un gran parque lleno de árboles frondosos y muy verdes se encontraba Manuel, José, Rafael y Rene, todos mis compañeros que murieron en batalla.

- Este descansó se lo merecen, dije mientras llegaba junto a ellos.

No me hicieron caso alguno, seguían corriendo y brincando por el verde pasto.

- ¿Hola como les va?, pregunté esperando su respuesta.

De pronto todos se quedaron parados y me voltearon a ver sin decir ni una sola palabra, era incómodo y muy raro, tal vez ya no me recordaban.

- ¡¡Que haces aquí!!, me gritó Rene.

- Pues me paso lo mismo que a ustedes morí en combate, respondí temeroso.

- No estas conforme con dejarnos morir, también estas molestando en este lugar de descanso para nosotros, dijo Rafael molesto.

En ese instante recordé como fue que todos ellos murieron, quería disculparme por no aver podido ayudarlos mientras vivían, pero cuando abría mis labios no pronunciaba ninguna palabra.

- ¡¡Vamos contesta!!, que estas haciendo aquí, dijo Manuel.

Los cuatros se dirigían hacia mi muy molestos, yo solo me cubrí con ambos brazos sabía que me iban a golpear.