Después de salir.
Ashton Heath y Brandon Heath se dirigieron juntos hacia el garaje.
El teléfono de Brandon sonó. Lo sacó para revisar y contestó la llamada.
Su voz era tan tranquila y fría como siempre, indiferente, y sin ninguna emoción.
Pero si escuchabas con atención, podías notar que era ligeramente diferente de lo habitual.
Ashton y Brandon habían crecido juntos, por lo que Ashton conocía a su hermano aún más que los demás.
En el momento en que Brandon contestó la llamada, su tono era mucho más gentil de lo habitual.
—Hola.
—Sí, voy de regreso. Debería estar en casa en una hora.
—No te preocupes por mí. Escoge una película que te gustaría ver; me parece bien cualquier cosa.
—Si tienes hambre, come algo primero. No esperes por mí, tú come primero, todavía no tengo hambre.
—Bueno, entendido. Ve tú y reserva las entradas entonces.
Después de un rato, Brandon colgó el teléfono.
Ashton, con los labios curvados en una sonrisa burlona, preguntó: