—Envidiaban a la chica que había logrado que él se preocupara tanto que llevaba voluntariamente la pulsera de cuero en su muñeca todo el tiempo.
—Joanna no pudo evitar sonreír mientras observaba esta escena.
—Ashton Heath no tuvo que esperar en la fila durante mucho tiempo.
—Se acercó, encontró a alguien y habló con él un rato. Esa persona entonces le cedió su lugar.
—Unos minutos después, volvió hacia Joanna, sosteniendo un helado.
—Acabas de comer algo picante, así que no comas demasiadas cosas frías. De lo contrario, podrías tener dolor de estómago —Ashton le entregó la caja medio llena de helado—. Le pedí al empleado que agregara una porción extra de mango. Después de que termines esto, no te permitiré comer nada más desordenado.
—Joanna tomó el helado de su mano, sacó una cucharada y le dio el primer bocado a él.