Cuando Gary White mencionó a Benjamin Lawrence, había un atisbo de molestia en sus ojos.
Él realmente pensaba que Benjamin Lawrence era un anciano tonto.
Por su culpa, su preciosa hermana menor estaba tan desconsolada.
A pesar de que la familia Lawrence había criado a Joanna Lawrence, todavía guardaba rencor contra Benjamin Lawrence.
Después de llorar por un rato, Joanna fue consolada por Gary White y gradualmente sus emociones se calmaron.
—Hermano, ya estoy bien. Gracias por estar a mi lado y consolarme —Joanna se limpió las lágrimas de su cara, luciendo mucho mejor que antes.
—No seas tonto, no hay necesidad de agradecer a tu propio hermano —Gary White le dio un ligero golpecito en la cabeza, sacó un pañuelo de su bolsa y le limpió cuidadosamente la cara.
—Bueno, no pienses más en esas cosas tristes. Te llevaré a comer algo delicioso esta noche. Te gusta el fondue, ¿verdad? Conozco un lugar que tiene un fondue realmente bueno, ¿quieres ir?