Joanna Lawrence asumió que era la comida que habían pedido, por lo que dijo en voz alta:
—Adelante.
La puerta se abrió.
Dos meseros entraron.
Uno llevaba una bandeja de frutas extraordinariamente grande, y el otro sostenía dos botellas de vino tinto y dos copas de vino.
Ambos colocaron el vino y la bandeja de frutas.
Joanna echó un vistazo rápido y preguntó confundida:
—¿Qué es esto? Linda, ¿lo pediste tú?
Recordó que no habían pedido vino.
Y la bandeja de frutas que habían pedido tampoco era tan grande.
Linda también echó un vistazo rápido y negó con la cabeza:
—Yo no lo pedí.
Joanna tampoco lo había pedido.
Llamó al personal de espera:
—¿Cometieron algún error? Nosotras no pedimos esto.
El camarero revisó nuevamente, verificó y luego respondió con una sonrisa:
—Señoras, en efecto ustedes no lo pidieron. Fue enviado por un caballero.
Joanna se sorprendió:
—¿Un caballero nos envió esto?
—Sí.
—¿Cuál es el apellido de este caballero?