—No —Caleb Mamet declaró firmemente—. No importa cuán importante sea esa persona para ti, con tu temperamento, nunca lo harías. Xaviera, no eres una persona débil por naturaleza, tus experiencias de infancia ya te han hecho irrompible, solo continuarás fortaleciéndote, en lugar de convertirte en alguien débil y evasivo.
Al escuchar las palabras de Caleb, Xaviera pareció volver a la vida.
—Caleb sonrió—. Dime, ¿qué tipo de sueño tuviste esta vez?
...
La siguiente mañana, Caleb estaba en su estudio, reflexionando silenciosamente sobre las palabras que Xaviera había pronunciado la noche anterior: había soñado con un hombre que la había drogado y lastimado, su sangre siendo drenada por un grupo de personas que la sujetaban.