El día siguiente, en el Clubhouse Lowen.
Xaviera Evans miró la lujosa caja de joyas sobre la mesa y no pudo evitar hacer clic con la lengua —¿Dónde se habrá gastado Caleb Mamet otra vez? ¿Comprando joyas tan caras? Mi habitación ya está llena hasta los bordes, ¿y todavía comprando más?
La expresión de Steve Price era un poco sutil —Esto...
Xaviera sacó un collar de diamantes de la caja de joyas, sintiendo que sus ojos estaban deslumbrados por el brillo de los diamantes y frunció el ceño —¡Te estoy preguntando!
Steve Price abrió la boca, sin saber por dónde empezar.
Sean Price dio un paso adelante para explicar —Sra. Mamet, estas joyas no las compró el presidente sino que son regalos de disculpa de la familia Brooke.
Xaviera levantó las cejas sorprendida —¿No se disculpó ya la familia Brooke y envió regalos hace un tiempo? ¿Por qué están enviando más?