El coche entró lentamente al Clubhouse Lowen, y Caleb Mamet le recordó de nuevo —No te quites aún el vendaje, todavía tiene su utilidad.
Xaviera Evans estaba algo curiosa —Ya lo has dicho dos veces, ¿qué vamos a hacer?
—Pronto lo entenderás —Caleb le dio un golpecito suave en la frente, sonriendo misteriosamente.
El Clubhouse Lowen estaba ubicado en la unión entre los suburbios y la ciudad. Era un área rica y famosa en Libanan con pocos extraños que la visitaban, haciendo que fuera muy tranquila. Un círculo de jardines rodeaba la villa, y una vez que entraron por la puerta principal de la villa, una fuente extravagante saludó sus miradas.
Al entrar, Xaviera no pudo evitar exclamar —¡No es de extrañar que sea el hombre más rico en Libanan! ¡Esta villa es tan lujosa!
Caleb la miró y rió entre dientes suavemente —Has vivido aquí durante un año y ¿recién lo notaste? Si te parece demasiado extravagante, podemos cambiarlo según tus ideas.