Jacob Powell ciertamente entendía las implicaciones del acuerdo de apuestas. Si el negocio de perfumes fracasaba, El Grupo Powell tendría que compensar a Julius Powell, ¡lo que significaría que sus esfuerzos e inversiones a largo plazo serían en vano!
Frunció el ceño involuntariamente, y su tono se volvió más agudo:
—Julius, el Grupo Powell ya está sin fondos, y si firmamos el acuerdo de apuestas, cualquier fracaso empresarial sería un golpe fatal para la empresa. ¡No puedes simplemente aprovecharte de nosotros en esta situación! Si estás dispuesto a invertir, te lo agradeceré, pero nunca firmaré este acuerdo de apuestas.
La atmósfera de repente se enfrió, pero Julius permaneció calmado, hablando con una sonrisa amable:
—Señor Powell, en realidad, no estoy necesariamente comprometido a invertir en el Grupo Powell.