Jacob Powell pensó en ello y sintió que ahora solo quedaba esta opción. Xaviera definitivamente los odiaría, pero no podía preocuparse por eso ahora. Xaviera solo estaba en prisión, pero si Quinn no recibía una trasfusión de sangre, ¡moriría!
Una vez que Quinn recuperara su salud, sacaría a Xaviera de la cárcel. Esa sería su compensación hacia ella. No importaba si Xaviera lo despreciaba, ya estaba completamente decepcionado de su hermana.
Jacob no podía entender. Él y su padre eran amables y gentiles, y Quinn lo era aún más. ¿Por qué Xaviera era tan fría y despiadada? Podía salvar a Quinn con su sangre, pero se negaba obstinadamente. ¿Disfrutaba viendo a Quinn sufrir y morir?
Reflexionó por un momento y de repente habló:
—Papá, creo que Abuela tiene razón. Xaviera ha atacado a Quinn una y otra vez, y esta vez casi la arruinó. Si no la castigamos un poco, no entenderá sus errores y seguirá dañando a Quinn en el futuro.