Al día siguiente, todos se reunieron en la mansión Rainier. Paul había convocado una reunión con los hermanos de Aarón y Erin para discutir el mensaje que tenía la intención de enviar al Rey y al Señor Ahren, el padre de Erin.
Nathaniel había llegado ya temprano esa mañana, tras ocuparse de asuntos en su propio territorio.
Después de una comida contundente, se reunieron en la sala de dibujo, donde la conversación se desarrolló alrededor de un té recién preparado que combinaba perfectamente con el clima fresco.
—Ya he enviado un mensaje a mi hermano Euron, y para ahora, mi padre debe estar al tanto de ello —dijo Rowan, sorprendiendo a todos.
Los demás intercambiaron miradas asombradas. Normalmente, le tomaría a un mensajero varios días, incluso hasta una semana, llegar a la capital. Sin embargo, Erin y Luciano solo habían acordado su unión hace uno o dos días. ¿Cómo era posible?