—Ya que las cosas han llegado a este punto, que se vuelva a casar lo más pronto posible. ¿No vino el casamentero justo ahora? Cuando vuelva mañana, acepta la propuesta y arregla el precio de la novia. No hay necesidad de una boda, que paguen 30 yuan y se la lleven —dijo Padre Shi fríamente.
Cuando terminó de hablar, tanto Madre Shi como sus hijos se alegraron. La casa de su familia era antigua y necesitaba reparaciones. Con el precio de la novia, podrían arreglar su casa este año y no preocuparse más por que se desplomase durante el invierno.
En el momento en que escuchó esto, Shi Qiwan miró a sus padres, negó con la cabeza y dijo temblorosa:
—Madre, Padre, no quiero casarme.
Viendo su cara llorosa, Madre Shi respondió:
—Esto no es algo que puedas decidir tú. Ahora que eres una mujer divorciada, solo puedes encontrar otro hombre con quien vivir tu vida. No estarás pensando en vivir a costa de tus hermanos por el resto de tu vida, ¿verdad?