Educado Pero Distante

Dong Huang abrió la puerta y entró en la habitación. Aunque no era la primera vez que entraba en la habitación de sus padres, aún estaba asombrada por su belleza.

Su propia habitación también era encantadora, pero la decoración y los muebles en la habitación de sus padres transmitían una sensación de elegancia. Tras admirar la habitación por un momento, caminó lentamente hacia la cama Kang y tocó suavemente el brazo de su madre.

—Madre, el sol ha salido —susurró.

Después de algunas llamadas suaves, notó que las pestañas de su madre temblaban ligeramente. Amaba profundamente a su madre, no solo porque era hermosa, sino también porque era amable y siempre la trataba tan bien.

Al ver a su madre despertándose confundida, Dong Huang soltó una risita y se inclinó hacia adelante. Besó la mejilla de su madre y dijo, —Buenos días, madre.