—Doctor Song, qué coincidencia —saludó Lu Jueyu a Song Yan con una sonrisa.
—Cuñada, ¿qué te trae al hospital? ¿Te sientes mal? —preguntó Song Yan con un toque de preocupación.
—Bueno, mi esposo y yo vinimos a hacernos un chequeo —respondió Lu Jueyu.
Al oír esto, Song Yan la estudió por un momento. Sus mejillas sonrojadas y ojos brillantes no sugerían enfermedad. Si estaba allí para un chequeo, solo había una explicación lógica: probablemente estaba allí para un examen prenatal.
Al darse cuenta de esto, sonrió comprensivamente y dijo:
—Felicidades, cuñada.
Sorprendida por sus felicitaciones repentinas, Lu Jueyu rápidamente entendió su implicación. Lo miró y dijo con una risita:
—Todavía estamos esperando los resultados de la prueba de sangre.
—Cuñada, desde mi experiencia, las probabilidades son muy altas —dijo Song Yan con confianza.
Justo cuando terminó de hablar, se acercó Li Chenmo. Su expresión relajada y contenta mientras decía: