¿Una broma?

Al mismo tiempo, en lo profundo de las montañas, Zhang Ermu, Zhang Yulan y An Xuyuan descansaban y almorzaban. Sentada bajo un árbol grande, Zhang Yulan sorbió agua en varios tragos grandes antes de soltar un largo y satisfecho suspiro.

—¡Ahh~ Qué refrescante! —dijo, limpiándose el agua de los labios.

Viendo el comportamiento despreocupado de su hermana, Zhang Ermu suspiró y le recordó, —Yulan, eres una chica. Deberías aprender a ser más refinada.

Zhang Yulan se limpió las manos con una toalla húmeda, agarró un pedazo de panqueque de cebolleta y dijo, —Hermano, no quiero actuar toda elegante y correcta. Si tengo que pasar mi vida con un hombre que no puede aceptar mi verdadero yo, entonces prefiero no casarme.

Sus palabras tomaron por sorpresa a Zhang Ermu. Él miró a su hermana y preguntó, —¿No dijiste que querías casarte con ese chico Ding?

Cuando lo escuchó, An Xuyuan miró hacia ella pero permaneció en silencio.