Regaño

Antes de que Dave pudiera decir algo, Grant ya estaba fuera de la puerta. No podía quedarse quieto más tiempo. Este era el límite. Su comportamiento era completamente poco profesional, y había terminado de permitirlo. Un gerente de Frost Industries quizá hubiera manejado las cosas mejor, y por eso Grant no iba a dejarlo pasar.

Se detuvo en su cubículo, escaneando rápidamente el espacio. Estaba vacío. Ella ya se había ido. Típico. Ni siquiera se molestó en quedarse. Era como si todo su arduo trabajo no significara nada para ella. ¿Pensaba que todo esto era una broma? No, debía pensar que ellos eran la broma. Ya había rumores en el mercado de que los Frost habían enviado a su persona para vigilarlos, ya que no confiaban completamente en la empresa. Y ahora, si esta persona de Frost, la Señorita Innocensa Frost, no estaba en la reunión con los distribuidores, ¿qué impresión dejaría en ellos?