Una mirada fea en su cara

En el momento en que los tres salieron del coche, Yao Jing corrió hacia ellos con lágrimas en su cara. —dijo: Tío, Tía, Señor Mai, ya le pregunté a alguien. Alguien dijo que Lele fue al baño arriba. Estaba a punto de ir cuando ustedes llegaron.

—¡Iremos enseguida! —Los ojos del señor y la señora Mai estaban rojos. Amaban muchísimo a su hija y consentían a Mai Lele como la niña de sus ojos. Si algo le pasara a ella...

Como Mai Lele había entrado en la industria del entretenimiento, sabían lo locos que podían llegar a ser los fans. También sabían que a lo largo de los años, había habido una inundación de fans agresivos. Muchas celebridades no tenían privacidad restante y podrían incluso ser atacadas.

Oraron en sus corazones que los fans esta vez no fuesen tan aterradores.

Yao Jing lloró mientras decía: Esos fans parecían realmente aterradores. Escuché que persiguieron a Lele hasta el baño. Estoy realmente preocupada de que algo malo pueda pasar...