Su Bei creía que Da Bao nunca enseñaría a Gun Gun a decir esas palabras.
¿Cuánto tiempo había estado Gun Gun ocultando esos pensamientos?
¿Qué tan difícil era para un niño reprimir esos pensamientos?
—¿Por qué? ¿Puedes decirme por qué te sientes así? —Su Bei dejó las cosas que tenía en la mano y preguntó con suavidad.
Ella quería saber si Liao Xintong le había hecho algún mal. Con la identidad de Su Bei, podría ayudarlo, pero no podía interferir en los asuntos entre él y la familia Liao.
Gun Gun negó con la cabeza. —Simplemente no me gusta ella.
—¿La tía Liao te trata mal? ¿Ha sido alguna vez cruel? ¿Te ha pegado? —preguntó Su Bei en voz baja.
—No. —Gun Gun continuó negando con la cabeza—. Pero aun así no quiero verla.
Su Bei lo encontró extraño. Liao Xintong parecía muy gentil, al menos con Gun Gun. Además, con su identidad, no debería ser demasiado mala con Gun Gun. Al contrario, parecía ser muy complaciente con él.
¿Qué estaba pasando?