Sus dedos eran esbeltos y justos. Porque había aplicado la misma base en sus manos, se veían ligeramente más oscuras en ese momento, pero aun así no podía ocultar la forma de sus dedos perfectos.
Sus articulaciones eran delgadas, mientras que sus dedos eran largos. Cuando sostenía el lapicero, ejercía la cantidad correcta de fuerza.
Cuando sumergía el pincel en la tinta con un poco más de fuerza, sus articulaciones se abultaban ligeramente.
Alguien ya estaba asombrado por esta escena y susurraba:
—Su postura es precisa. He visto a mi abuelo escribir caligrafía antes. No hay nada de qué criticar en los movimientos de Su Bei.
—¿No es la habilidad básica de una actriz tener buenos movimientos? Tienes que escribir bien para pasar el test —comentó otro.
—Exactamente. ¿Por qué más estaría actuando? Veamos cómo se luce —dijo otra persona.
El hombre de antes dejó de hablar.
Camilan y Robin ambos la miraban fijamente en el monitor.