Ante esto, Willard Hanson fue a buscar al Primo Jackson de Tyler, una de las partes involucradas. Últimamente, se estaba gestando una tormenta y Jackson estaba tan preocupado que había pedido días libres en el trabajo y ya ni siquiera asistía a clases.
Al ver a Willard Hanson aparecer en su puerta, Jackson, tan ansioso como una hormiga en un sartén caliente, lo apartó, preguntando —¿Qué debería hacer al respecto? ¿Voy a ir a la cárcel?
Willard Hanson no pudo evitar reírse del miedo en la voz de Jackson —Si no estabas seguro de si acabarías en la cárcel por esto, ¿por qué seguiste adelante?
—¡Me cegó la codicia! —admitió Jackson.
—Aun si esto fuera un caso criminal, ya hemos superado el estatuto de limitaciones legal. Además, esto es solo un escándalo —Willard Hanson explicó con calma—. Sí, tu reputación podría arruinarse. Por eso vine hoy... para ayudarte a mitigar el daño...