Meneo, meneo
Empujar
Meneo
Fue un minuto tenso mientras observaban a los dos niños luchando por levantarse. Sus manitas y piernas eran inestables, y sus pequeños traseros con pañales se movían mientras intentaban.
Lamentablemente, sus piernitas estaban demasiado temblorosas al final, y se dieron por vencidos en cuanto levantaron las manos.
Al final, se dejaron caer sobre sus traseros.
—Ay... —murmuraron, con los hombros caídos de decepción.
Lo que no se dieron cuenta fue que los bebés los estaban mirando, y ver las caras de 'desconsuelo' de los adultos los afectó mucho.
Sus pequeñas caritas se fruncieron de tristeza y las lágrimas se acumularon en sus ojos redondos. Sus mejillas se pusieron rojas y pronto rompieron en llanto.
—Wuuuuuuuuuuu!!
—WAAAAAAAAAAAAAAAAA!!!!
—Oh, no, bebés... —Altea y los demás se levantaron de inmediato para consolarlos. Altea y Garan tomaron un bebé cada uno, arrullándolos para calmarlos.