Por todo el globo, los territorios manejaban el desastre a su manera. Algunos lograban triunfar sobre él, mientras que otros caían a causa de él.
Había también pueblos que habían sobrevivido a la ola de calor y a las multitudes mejor que otros, pero no ante los territorios que buscaban revitalizarse robándoles.
La Aldea Calmante era uno de estos pueblos. Habían ganado apenas una guerra justo antes de que la ola de calor terminara, y ahora tenían que lidiar con otra tan solo unos días después.
Ante todo, ninguno de los soldados del equipo mercenario como Ryan o Orz podía luchar en las guerras. Podían ayudar durante las incursiones de bestias, pero las guerras eran un negocio complicado debido a los límites de nivel.
Lo mejor que podían hacer era reducir la cantidad de enemigos, idealmente al menos a la mitad, fuera del territorio. Estaban limitados a tender trampas a los enemigos y hacerlos perder la conciencia para evitar el riesgo de penalizaciones.