—Tío Olsen reconoció el sentido "papá" de Keira con un simple "sí".
Esa única palabra llevaba la profundidad de amor y aceptación que sentía de ella, un amor que finalmente se había arraigado profundamente en su corazón.
Esta niña, al fin, lo reconocía.
Le dio unas palmaditas cariñosas en el hombro.
Esa noche, padre e hija hablaron durante horas. La mayor parte de la conversación giró en torno a las preguntas de Tío Olsen y las respuestas de Keira.
Él quería saberlo todo: cómo creció, sus comidas favoritas, sus colores preferidos y cada pequeño detalle.
Keira respondió sinceramente, sus respuestas eran sinceras y consideradas.
Antes de que se dieran cuenta, era tarde en la noche. El cansancio venció a Keira y finalmente se despidieron. Ella regresó a su habitación, pero justo cuando se acostó, se encontró envuelta en los brazos de Lewis.