Reconoció su incompetencia en educar a su hija y en influir positivamente en sus otros familiares.
No era algo de lo que enorgullecerse, pero la Emperatriz Viuda Yan no quería huir de esta responsabilidad suya.
—Padre.
Al oír ese llamado, el padre de la Emperatriz Viuda Yan, el Primer Maestro Yan, levantó la cabeza y vio a su hijo, el hermano de la Emperatriz Viuda Yan. Su único hijo que lo había seguido todos estos años y también había trabajado en el tribunal, pero debido a los feroces rumores en su contra, su posición había sido relativamente baja y suprimida.
Después de escuchar la noticia de que su hermana había contado la verdad de lo sucedido aquel día, el hermano de la Emperatriz Viuda Yan, el Joven Maestro Yan, quedó estupefacto.
Él es un funcionario.