—¿Juicio? ¿Qué juicio? —Nan Shu Cheng estaba atónito.
Los guardias tampoco sabían. Solo sabían que había soldados rodeando la Residencia de la Familia Nan y custodiando todo muy estrechamente.
Era como si todos dentro fueran criminales.
—Voy a salir.
Tomando una respiración profunda, Nan Shu Cheng salió de la sala de estudio y se dirigió a la puerta. Podía oír las discusiones afuera y también el susurro de las personas que pasaban y su rostro se oscureció.
Sentía que quienquiera que hubiera organizado esto hoy tenía la intención de pisotear su rostro sin importarle nada.
—¿Qué está pasando aquí? —preguntó Nan Shu Cheng.
Había muchos soldados afuera. El Comandante miró a Nan Shu Cheng y reconoció al otro partido como Oficial Nan, uno de los pocos oficiales que eran respetados en el Reino Fei Yang.