El Gran Monstruo contra Pequeños Monstruos

Nan Hua flexionó su mano.

Sentía que estaba siendo un poco impaciente ahora. Lo más importante que necesitaba como asesina era la paciencia. Era porque tenía que atacar a su oponente en el momento más vulnerable.

Y este momento solo aparecería brevemente.

Una asesina tendría que estar preparada para atacar en ese muy corto momento para que nunca fuera derrotada.

Pero Nan Hua se dio cuenta de que cuando tenía una familia que quería proteger, su paciencia no era tan buena como antes. En aquel entonces, no tenía ninguna identidad importante ni nada que proteger, ya que no era más que una herramienta.

Incluso si la atrapaban, incluso si sabían que era ella, no le importaba.

Todo lo que importaba era que la misión se completara.