Le causó un profundo tormento emocional. Era como si estuviera siendo desgarrada en dos, su corazón dolía con el dolor de perder a su maestra, incluso mientras su mente gritaba que era lo correcto hacerlo.
El conocimiento de que la persona que amaba y respetaba estaba destinada a ser su enemiga, que sus caminos estaban destinados a cruzarse en violencia y guerra, solo aumentaba su dolor.
—¡Shenlian Yingyu, te ordeno que te detengas! ¿No puedes oírme? ¡No me mires así! ¡No me hables de esta manera! —La voz de Xiong Zi Ying se quebró, revelando la profundidad de su desesperación. La ira se despertó dentro de él, sin embargo, había una corriente subyacente de súplica, una vulnerabilidad que hacía temblar sus palabras. Esta era la primera vez que la llamaba por su nombre completo, como si en ese momento reconociera la totalidad de su ser.