Shen Xian voló hacia el cielo, exudando un aire de realeza y una presencia imponente. Supervisó a todos los seres dentro de las Ruinas del Trono Abismal desde su alto mirador.
Fue entonces cuando detectó un aura familiar emitiendo desde una dirección cercana, lo que le impulsó a desaparecer rápidamente y perseguirla.
—Espera por mí, A'Lei. Ya voy —prometió.
Su repentina manifestación sobresaltó a las entidades demoníacas a su alrededor. A diferencia de su madre, que prefería ocultar su esencia e identidad, Shen Xian esta vez eligió ser abierto y directo. No encontró necesidad de subterfugio ni combate contra los formidables demonios que lo rodeaban.
Una vez que partió, emergieron otras dos figuras. Una era Yao y a su lado estaba una mujer.