El incómodo Bu Si Shu que está siendo molestado por demonios

—¡Maldita sea! Estúpidos demonios, ¿qué están haciendo? —Bu Si Shu flotaba en el aire, esquivándolos peligrosamente mientras los miraba con furia a esos tontos enamorados.

Pero en el momento en que ascendió, los demonios lo persiguieron. Innumerables demonios se unieron, usando sus habilidades para encadenarlo. Olas de poder espiritual demoníaco se dirigían hacia él desde todas direcciones.

Para los demonios, el poder era lo más importante. En sus ojos, la fuerza era el medio definitivo para adquirir lo que buscaban—ya fuera un objeto o un alma—a través de la coerción o el consentimiento.

En este reino, los fuertes mandaban respeto, el talento era apreciado, y el poder venerado por encima de todo lo demás. Las emociones, la compasión y la empatía quedaban en segundo plano.

Estaban convencidos de que su incansable esfuerzo había allanado el camino a su posición actual, así cualquier deseo que albergaban era inherentemente suyo para reclamar.